Te blanco

El té blanco tiene un aroma delicado, fresco y ligeramente floral, con matices herbáceos y almizclados. Su fragancia es suave y etérea, evocando una sensación de serenidad y pureza. Ideal para perfumes aromáticos y florales, el té blanco aporta un toque elegante y refinado, equilibrando las composiciones con su carácter ligero, transparente y sofisticado.

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