Inspirado por las imponentes fuerzas naturales que formaron las columnas de basalto de la Calzada del Gigante, en Irlanda del Norte, Pyroclasm imagina un salto a través del mar hacia los astilleros del Clyde, donde fuerzas humanas similares dieron forma a los barcos de hierro.

Pyroclasm (del latín, "roto por el fuego") explora la conexión entre el intenso calor y presión necesarios para crear los "remaches" de basalto de este fenómeno natural y las mismas fuerzas empleadas para ensamblar los cascos de estas embarcaciones.